Aún no se ha realizado ni publicado un manual de cómo
se va a realizar el desconfinamiento y regresar a la “normalidad”. No es una
ciencia exacta, dependerá de "ensayo y error", y será un proceso en el que los
Gobiernos aprenderán de los fallos y aciertos, tanto propios como ajenos.
Dependerá de cómo avance la epidemia y que se
descubra cuánta gente realmente ha pasado la enfermedad para conocer el grado
de inmunidad de la población, al menos teóricamente, porque ni siquiera de
esto hay una certeza científica. Y para descubrir esto serán necesarios test;
muchos (millones) y con la suficiente calidad, algo que, visto el mercado
internacional, no es tan sencillo.
Lo que está claro es que las medidas de normalización
no serán de golpe. Una vez que los niveles de transmisión sean lo
suficientemente bajos se irán abriendo poco a poco ciertas libertades,
permitiendo más actividades y se irá comprobando con una vigilancia muy
estricta si hay algún rebrote. No sería raro, que haya medidas que se tengan
que revertir. Existe un ejemplo en China, que abrió 600 teatros y cines y tuvo
que volver a cerrarlos al poco tiempo.
También puede suceder que no sean para todos por
igual. Es probable que las personas mayores o con ciertas patologías tengan que
prolongar su confinamiento más que las jóvenes y sanas. Afectará sobre todo a
los que tienen más de 65 o 70 años. Y posiblemente se expedirá algo parecido a un
“salvoconducto sanitario” para que las personas que ya hayan pasado la
enfermedad y, supuestamente, estén inmunizadas, puedan incorporarse antes a
una vida normal tras pasar un test de anticuerpos.
Esto resultaría especialmente útil en el ámbito
sanitario, donde saber qué profesionales han superado la Covid-19 sería crucial
para plantear que puedan atenderse los cuadros respiratorios, separados del
resto de patologías, y salas de urgencias diferenciadas.
Se habla también de una posible
diferenciación por comunidades autónomas. No todas atraviesan el mismo momento
de la epidemia, por lo que puede tener sentido que no todas medidas sean
idénticas y al mismo tiempo para ellas. Pero será “complicado” porque para ello
se debería “compartimentar y sellar” zonas.
Y si se empieza a tener idas o venidas a zonas calientes, se corre alto riesgo de reintroducir el
virus en un lugar donde ya no estaba.
La OMS publicará recomendaciones “los próximos días,
pero nadie sabe con exactitud qué decisiones se tomarán ni cuándo llegarán,
pero sí hay una idea aproximada de cómo deberían ser.
Las primeras salidas a
la calle
Hay unanimidad en que prácticamente todo el mes de
abril van a continuar las medidas de confinamiento. El presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez, anunció el sábado que el Estado de Alarma se prolongaría hasta el 26 de
abril y que, de una u otra forma, llegará bastante más allá. El primer paso, ha
sido volver a las primeras medidas, recuperando las actividades no esenciales
que se cancelaron
hace una semana. Existe cierto optimismo de que pronto puedan
permitirse salidas esporádicas y solitarias, así como sacar a los niños a la
calle. El propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijo esta semana en el
Congreso que “Se está estudiando esa posibilidad.Creo que por ejemplo se
podría comenzar a permitir muy pronto hacer deporte, salir a correr
individualmente y de forma controlada y separada, que los padres paseen con sus
hijos, aunque sea cerca de los domicilios y en distancias cortas, siempre que
se asegure que el distanciamiento social se cumple”. Permitir los paseos podría
ser una primera medida, pero con mucha disciplina en la distancia y en de
manera individualizada.
La
vuelta a las clases
Cada vez más universidades han
dado ya por terminadas las clases presenciales. No está tan claro qué va a
suceder con los colegios, cuyo fin de curso coincide aproximadamente con las
fechas límite que los expertos consultados consideran que sería sensato el
regreso. Creen, en general, que durante prácticamente todo mayo las actividades
que supongan aglomeraciones de personas van a estar muy acotadas, o incluso
suprimidas. Se complica pues la vuelta al cole, porque aunque por lo general la
enfermedad en los niños es suave, si entra el virus en una escuela o guardería,
se lo llevarán a la familia y se volvería a expandir. Diez comunidades autónomas ya han pospuesto la EVAU a julio, asumiendo que antes será imposible
realizar la antigua selectividad, mientras que otras 10 se mantienen a la espera
para concretar fecha por las incertidumbres sobre el avance de la epidemia.
El regreso al trabajo
y el teletrabajo
Igual que no todo el mundo dejó de trabajar a la vez,
no todos volverán a sus puestos al mismo tiempo. Habrá que facilitar tan pronto
como sea posible la vuelta al trabajo de los más jóvenes y de aquellos que ya
están inmunizados, respetando la distancia social, sobre todo para tratar de
sostener la economía que nos sustenta a todos.
El teletrabajo se alargará más allá del fin del
confinamiento en los casos en los que sea posible. Todo lo que se pueda hacer
desde casa habría que hacerlo, debería ir consolidándose más, pues ha
demostrado ser una herramienta preventiva que minimiza las consecuencias de procesos con enfermedades infecciosas
contagiosas.
Bares, restaurantes y
eventos
La vuelta a la vida social tal y como la conocíamos es
quizás el punto más complicado de concretar para los especialistas en salud
pública. Insisten en que dependerá de la evolución de la epidemia, la capacidad
para hacer pruebas masivas y controlar pormenorizadamente cada caso sospechoso
por si hay que aislarlos o, incluso, dar marcha atrás en algunas decisiones.
Una opinión extendida es que quizás, para empezar, habrá que reducir los aforos
de los establecimientos. Nos tendremos que acostumbrar a estar más anchos.
Muchas de estas medidas parecen de sentido común, pero
hay que discutirlas para tener perspectiva, incluidos los propios empresarios:
hay negocios en los que si se limita mucho el aforo no son rentables. Habrá que
poner en una balanza esto con la seguridad para encontrar el equilibrio.
También es necesario entender la psicología de población: si ven que los
establecimientos están limitados, percibirá que existe un riesgo y quizás ni
siquiera accedan a ellos.
Es complicado tener cerrada una parte tan importante
de la economía. Quizás, en principio, como llega el buen tiempo, se pueden
aprovechar las terrazas, siempre con unas medidas de higiene máximas y un
lavado de manos constantes por parte de los camareros.
Es muy complicado adelantar fechas sobre cuándo todo
esto puede ir sucediendo, incluidos conciertos y espectáculos deportivos. Las
congregaciones sociales deberían limitar su aforo y no permitirlas o alentarlas
en todo el mes de mayo, porque hay un riesgo de amplificación de la enfermedad,
que se debe evitar.
De momentos nos deberemos ir acostumbrando aforos
menos densos, asignación de asientos y medidas de higiene que involucren
también al propio público, que debería ser parte de la solución con un adecuado
y cívico comportamiento.
Cómo será el verano
Nos espera un verano familiar, y no va a ser normal
del todo porque el turismo no va a recuperarse, ¿Podremos ir a la playa? Cuanto
más lejos quedan las previsiones, más difícil es acertar en ellas, pero el
parecer mayoritario es que sí, siempre que no se masifique demasiado.
Pero a pesar de todo lo comentado habrán nuevas oportunidades
para vivir la vida con afecto e intensidad y de disfrutar de uno de los
beneficios de este periodo de confinamiento: la mejor calidad del aire y el
agua de nuestros mares y ríos al haber disminuido la contaminación.
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