martes, 14 de abril de 2020

Los primeros pasos tras el confinamiento: así volveremos a la vida normal.


Aún no se ha realizado ni publicado un manual de cómo se va a realizar el desconfinamiento y regresar a la “normalidad”. No es una ciencia exacta, dependerá de "ensayo y error", y será un proceso en el que los Gobiernos aprenderán de los fallos y aciertos, tanto propios como ajenos.
Dependerá de cómo avance la epidemia y que se descubra cuánta gente realmente ha pasado la enfermedad para conocer el grado de inmunidad de la población, al menos teóricamente, porque ni siquiera de esto hay una certeza científica. Y para descubrir esto serán necesarios test; muchos (millones) y con la suficiente calidad, algo que, visto el mercado internacional, no es tan sencillo.



Lo que está claro es que las medidas de normalización no serán de golpe. Una vez que los niveles de transmisión sean lo suficientemente bajos se irán abriendo poco a poco ciertas libertades, permitiendo más actividades y se irá comprobando con una vigilancia muy estricta si hay algún rebrote. No sería raro, que haya medidas que se tengan que revertir. Existe un ejemplo en China, que abrió 600 teatros y cines y tuvo que volver a cerrarlos al poco tiempo.

También puede suceder que no sean para todos por igual. Es probable que las personas mayores o con ciertas patologías tengan que prolongar su confinamiento más que las jóvenes y sanas. Afectará sobre todo a los que tienen más de 65 o 70 años. Y posiblemente se expedirá algo parecido a un “salvoconducto sanitario” para que las personas que ya hayan pasado la enfermedad y, supuestamente, estén inmunizadas, puedan incorporarse antes a una vida normal tras pasar un test de anticuerpos. 

Esto resultaría especialmente útil en el ámbito sanitario, donde saber qué profesionales han superado la Covid-19 sería crucial para plantear que puedan atenderse los cuadros respiratorios, separados del resto de patologías, y salas de urgencias diferenciadas.
Se habla también de una posible diferenciación por comunidades autónomas. No todas atraviesan el mismo momento de la epidemia, por lo que puede tener sentido que no todas medidas sean idénticas y al mismo tiempo para ellas. Pero será “complicado” porque para ello se debería “compartimentar y sellar” zonas.  Y si se empieza a tener idas o venidas a zonas calientes, se corre alto riesgo de reintroducir el virus en un lugar donde ya no estaba.
 

La OMS publicará recomendaciones “los próximos días, pero nadie sabe con exactitud qué decisiones se tomarán ni cuándo llegarán, pero sí hay una idea aproximada de cómo deberían ser. 


Las primeras salidas a la calle

Hay unanimidad en que prácticamente todo el mes de abril van a continuar las medidas de confinamiento. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el sábado que el Estado de Alarma se prolongaría hasta el 26 de abril y que, de una u otra forma, llegará bastante más allá. El primer paso, ha sido volver a las primeras medidas, recuperando las actividades no esenciales que se cancelaron hace una semana. Existe cierto optimismo de que pronto puedan permitirse salidas esporádicas y solitarias, así como sacar a los niños a la calle. El propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijo esta semana en el Congreso que “Se está estudiando esa posibilidad.Creo que por ejemplo se podría comenzar a permitir muy pronto hacer deporte, salir a correr individualmente y de forma controlada y separada, que los padres paseen con sus hijos, aunque sea cerca de los domicilios y en distancias cortas, siempre que se asegure que el distanciamiento social se cumple”. Permitir los paseos podría ser una primera medida, pero con mucha disciplina en la distancia y en de manera individualizada.



La vuelta a las clases
Cada vez más universidades han dado ya por terminadas las clases presenciales. No está tan claro qué va a suceder con los colegios, cuyo fin de curso coincide aproximadamente con las fechas límite que los expertos consultados consideran que sería sensato el regreso. Creen, en general, que durante prácticamente todo mayo las actividades que supongan aglomeraciones de personas van a estar muy acotadas, o incluso suprimidas. Se complica pues la vuelta al cole, porque aunque por lo general la enfermedad en los niños es suave, si entra el virus en una escuela o guardería, se lo llevarán a la familia y se volvería a expandir. Diez comunidades autónomas ya han pospuesto la EVAU a julio, asumiendo que antes será imposible realizar la antigua selectividad, mientras que otras 10 se mantienen a la espera para concretar fecha por las incertidumbres sobre el avance de la epidemia.



El regreso al trabajo y el teletrabajo
Igual que no todo el mundo dejó de trabajar a la vez, no todos volverán a sus puestos al mismo tiempo. Habrá que facilitar tan pronto como sea posible la vuelta al trabajo de los más jóvenes y de aquellos que ya están inmunizados, respetando la distancia social, sobre todo para tratar de sostener la economía que nos sustenta a todos.
El teletrabajo se alargará más allá del fin del confinamiento en los casos en los que sea posible. Todo lo que se pueda hacer desde casa habría que hacerlo, debería ir consolidándose más, pues ha demostrado ser una herramienta preventiva que minimiza las consecuencias de procesos con enfermedades infecciosas contagiosas.



Bares, restaurantes y eventos
La vuelta a la vida social tal y como la conocíamos es quizás el punto más complicado de concretar para los especialistas en salud pública. Insisten en que dependerá de la evolución de la epidemia, la capacidad para hacer pruebas masivas y controlar pormenorizadamente cada caso sospechoso por si hay que aislarlos o, incluso, dar marcha atrás en algunas decisiones. Una opinión extendida es que quizás, para empezar, habrá que reducir los aforos de los establecimientos. Nos tendremos que acostumbrar a estar más anchos.

Muchas de estas medidas parecen de sentido común, pero hay que discutirlas para tener perspectiva, incluidos los propios empresarios: hay negocios en los que si se limita mucho el aforo no son rentables. Habrá que poner en una balanza esto con la seguridad para encontrar el equilibrio. También es necesario entender la psicología de población: si ven que los establecimientos están limitados, percibirá que existe un riesgo y quizás ni siquiera accedan a ellos.

Es complicado tener cerrada una parte tan importante de la economía. Quizás, en principio, como llega el buen tiempo, se pueden aprovechar las terrazas, siempre con unas medidas de higiene máximas y un lavado de manos constantes por parte de los camareros.


Es muy complicado adelantar fechas sobre cuándo todo esto puede ir sucediendo, incluidos conciertos y espectáculos deportivos. Las congregaciones sociales deberían limitar su aforo y no permitirlas o alentarlas en todo el mes de mayo, porque hay un riesgo de amplificación de la enfermedad, que se debe evitar.
De momentos nos deberemos ir acostumbrando aforos menos densos, asignación de asientos y medidas de higiene que involucren también al propio público, que debería ser parte de la solución con un adecuado y cívico comportamiento.



Cómo será el verano
Nos espera un verano familiar, y no va a ser normal del todo porque el turismo no va a recuperarse, ¿Podremos ir a la playa? Cuanto más lejos quedan las previsiones, más difícil es acertar en ellas, pero el parecer mayoritario es que sí, siempre que no se masifique demasiado.
Pero a pesar de todo lo comentado habrán nuevas oportunidades para vivir la vida con afecto e intensidad y de disfrutar de uno de los beneficios de este periodo de confinamiento: la mejor calidad del aire y el agua de nuestros mares y ríos al haber disminuido la contaminación.





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